lunes, 3 de junio de 2019

Hoy Poesía - J. Guillen / Andrés Lascano García


             Variaciones
                        sobre un poema de J,Guillén


Tu sombra aparece y aguarda
sobre las piedras y sobre las brañas 

lo oscuro se junta
¿Fin? No. El silencio recibe 
mis oraciones en tu alfombra
los sones menguantes del mundo 

en tu voz, en el eco íntimo y dúctil
pozo de ocaso, nada se pierde
la tierra en su ser profundiza.        






  Andres Lazcano Garcìa

Acaso la memoria se deba
enteramente a los ojos de los hombres
o a las palabras de un sol perimetral y despierto
que olvidò colgado su saco en un verano fantasma,
acaso sea otro quien frecuenta
la ignorancia sabia de algùn libro
o esas arenas principiantes,
o esos mares convencidos de ser mares,
nada sabe el amor de romperse
en las caderas firmes de la tierra,
de correr el golpe y caer rendido
en ese andar corroìdo de la espuma,
ya es tiempo mujer,
sube a la memoria de mi mano calva,
dejate romper como las olas,
devuelveme el silencio
y llevate si quieres el poema.


domingo, 28 de abril de 2019

En mi voz -- Pequeños poemas en mi voz



Pequeños poemas en mi voz

Pregunta

Qué busco 
en el borde de mi vida
es la palabra 
perdida en la pregunta

es la palabra
que defina mi existencia  
estoy allí 
donde nadie me puso
perdida en la pregunta

domingo, 20 de enero de 2019

Buho - Ulises Varsovia

Tomado de Las nueve musas

    1. Búho. (Bubo bubo)
    Cuando al bosque la noche
    con su capa negra penetra,
    y rinden su sólida vigilia
  1. los extenuados seres silvestres,
    y ya no más que espeso silencio,
    nada más que el soliloquio del agua
    o el invisible roce de la brisa,

    eleva de pronto el búho sus claves,
    su idioma que la luna entiende
    y enhebra con sus rayos de plata.

    Y la noche muerta mira,
    la noche mira por dos pupilas
    fijas, redondas, centelleantes,
    clavadas, sumergidas en su hipnosis,
    como si la luna hubiera abierto
    dos orificios de fiebre en la sombra,
    o llamearan dos ascuas insomnes
    desde las vetas del fósforo.

    El búho en la densa tiniebla
    abre su imperceptible vuelo,
    y parece el ángel de la muerte
    cayendo sobre aterradas criaturas.
    O un espíritu de ultratumba
    cerniendo su entidad extinta
    sobre nocturnos transeúntes.

    Y el bosque sumergido en su mutismo
    calla cuando el señor de la noche
    cruza con sus ojos delirantes,
    cruza escrutando todo lo viviente.

Ulises Varsovia nos va dejando su poesía “a campo traviesa”, nunca mejor dicho. Y así lo imaginamos, con un bloc de campo y andando por esos mundos de Dios mientras observa todo bicho viviente, incluyéndose a sí mismo, a través del filtro de la naturaleza y la palabra.