- Búho. (Bubo bubo)
Cuando al bosque la nochecon su capa negra penetra,y rinden su sólida vigilia- los extenuados seres silvestres,y ya no más que espeso silencio,nada más que el soliloquio del aguao el invisible roce de la brisa,eleva de pronto el búho sus claves,su idioma que la luna entiendey enhebra con sus rayos de plata.Y la noche muerta mira,la noche mira por dos pupilasfijas, redondas, centelleantes,clavadas, sumergidas en su hipnosis,como si la luna hubiera abiertodos orificios de fiebre en la sombra,o llamearan dos ascuas insomnesdesde las vetas del fósforo.El búho en la densa tinieblaabre su imperceptible vuelo,y parece el ángel de la muertecayendo sobre aterradas criaturas.O un espíritu de ultratumbacerniendo su entidad extintasobre nocturnos transeúntes.Y el bosque sumergido en su mutismocalla cuando el señor de la nochecruza con sus ojos delirantes,cruza escrutando todo lo viviente.
Ulises Varsovia nos va dejando su poesía “a campo traviesa”, nunca mejor dicho. Y así lo imaginamos, con un bloc de campo y andando por esos mundos de Dios mientras observa todo bicho viviente, incluyéndose a sí mismo, a través del filtro de la naturaleza y la palabra.