Nacimiento
de mi niño inocente he abierto los ojos
los campos felices de su visión cubiertos de
juguetes
sonrío, quiero oír su nueva risa sonora,
y escondí los rencores en mi corazón
nada contaminará sus sueños felices
todo mi dolor oculté sin lagrimas
la sucia red de ambiciones humanas
nada ni nadie podrá herir mi razón
en las flores blancas ilusión el rocío
será puro el amor en la roja ternura
y en cada una polvo de estrellas,
de lilas, alelí y amapolas los perfumes
conozco el suelo donde crece el centeno
y la semilla para plantar el arroz
nubes en un cielo color de esmeralda
y la luz de la vida que me da el sol
en el cielo sagrado de la eternidad
por el Señor nuestro Dios
mi niño no será olvido
ni guerrero de hierro ni palabra inversa
que dañe hiriente ningún corazón
Embarazo
a veces
ése que es, cabeza abajo
a horas muy tempranas
se trepa por tus vértebras
a veces
te llega esa necesidad antigua,
milenaria,
de ser pájaro, de desear sus alas;
a veces
se hamaca en tu cuerpo;
te sentís equipaje de paisajes no vividos
estallan imágenes
necesarias para las lágrimas
la granada se abrirá de pronto
te llegará una voz anónima
del que habita en vos
y en gajos serás partida
espejo de tus retratos interiores
desandará el camino
Homenaje al hijo
noches infinitas sembraron una pasionaria
en los flancos de mis montañas.
óvulo de antigua
ternura
florecido en el grito fecundo
de un ave nocturna y desvelada
florecido en el grito fecundo
de un ave nocturna y desvelada
y aunque
el frío del miedo
recorriera la tierra,
regaré tu nombre
tu nombre de hijo nacido por rito sagrado
tras la vana apariencia humana
se yergue el sueño divino
entre todas mis contradicciones
en mi vientre germinado
yo te seguiré amando en las semillas
en la tierra y en el agua
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