Rugen
Rugen
las bestias que devoran carnes
mientras los demonios plasman sus contornos.
Rugen las palabras donde el fuego quema.
Cuando los lenguajes no derriten hielos,
o las esperanzas, también añoranzas,
rechazan especies que generan mantos.
Embotadas voces se vuelven rugidos,
y explotan los nidos de amargos lamentos.
las bestias que devoran carnes
mientras los demonios plasman sus contornos.
Rugen las palabras donde el fuego quema.
Cuando los lenguajes no derriten hielos,
o las esperanzas, también añoranzas,
rechazan especies que generan mantos.
Embotadas voces se vuelven rugidos,
y explotan los nidos de amargos lamentos.
Si nadie responde
siguen en la lucha.
Rugen preocupados en su juego eterno
por la piel marchita,
porque es peligroso ir sembrando cuitas
donde la intemperie el temor concita.
Tosco y escarpado el monte ascendido.
Feroz la batalla que teje el destino
de miles de voces que buscan refugio,
entre sus recreos de paz pretendida
con frentes manchadas de un sudor hastiado.
Rugen preocupados en su juego eterno
por la piel marchita,
porque es peligroso ir sembrando cuitas
donde la intemperie el temor concita.
Tosco y escarpado el monte ascendido.
Feroz la batalla que teje el destino
de miles de voces que buscan refugio,
entre sus recreos de paz pretendida
con frentes manchadas de un sudor hastiado.
Feliz la sordera de
legión de sordos,
nunca un alegato
de que son rugidos de paciente espera.
Nunca se valora ni por deficiencia
todas las pendientes,
todas las pasiones
que abrevan en días de rayos candentes.
nunca un alegato
de que son rugidos de paciente espera.
Nunca se valora ni por deficiencia
todas las pendientes,
todas las pasiones
que abrevan en días de rayos candentes.
Rugen todavía.
En cualquier esquina de un desequilibrio
parece que siempre crecerán motivos
y volver rugidos
hasta los quejidos de almas
dispuestas a cambiar sonidos.
Theo Morel – Paraguay - 2016
En cualquier esquina de un desequilibrio
parece que siempre crecerán motivos
y volver rugidos
hasta los quejidos de almas
dispuestas a cambiar sonidos.
Theo Morel – Paraguay - 2016
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