Para
Diego.
No
lo olvides, hermanito,
nosotros
alcanzamos juntos el cielo azul
de la rayuela en los patios infantiles,
dormitas, mientras, en tu ausencia
en
el aire inocente, las rosas juegan
la
vida es la orilla de un río solitario
y
si el recuerdo me abandona
y
cobarde, se refugia en el pasado
en la injusticia de tu partida;
en la injusticia de tu partida;
ganaremos
la tormenta en un sueño
Porque no
voy a traicionar tu memoria,
en
la sombra fresca de la siesta.
En
la casa paterna, las mariposas sueñan
tus
gestos en la memoria de mis gestos
(en
tu descanso, hermanito,
con las estrellas yo me reuniré,
habrá lilas de hoy para el perfume de mañana)
ya
comencé a pelear contra el olvido;
hasta
que las puertas del infierno se cierren
en
aquel cielo provinciano de rayuela.
Descansa,
me acercaré a tu ventana
y al partir vigilaré tu sueño
y al partir vigilaré tu sueño
aunque
las luces se apaguen, hermanito.
Una belleza conmovedora
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