jueves, 20 de diciembre de 2018

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Ada Inés Lerner

sábado, 8 de diciembre de 2018

MIS POEMAS EN ANTOLOGIA SADE 90º ANIVERSARIO



           Nacimiento

de mi niño inocente he abierto los ojos
los campos felices de su visión cubiertos de juguetes
sonrío, quiero oír su nueva risa sonora,
y escondí los rencores en mi corazón

nada contaminará sus sueños felices
todo mi dolor oculté sin lagrimas 
la sucia red de ambiciones humanas
nada ni nadie podrá herir mi razón

en las flores blancas ilusión el rocío
será puro el amor en la roja ternura
y en cada una polvo de estrellas, 
de lilas, alelí y amapolas los perfumes

conozco el suelo donde crece el centeno
y la semilla para plantar el arroz
nubes en un cielo color de esmeralda
y la luz de la vida que me da el sol

en el cielo sagrado de la eternidad
por el Señor nuestro Dios
mi niño no será olvido
ni guerrero de hierro ni palabra inversa
que dañe hiriente ningún corazón
   

Embarazo

a veces
ése que es, cabeza abajo
a horas muy tempranas
se trepa por tus vértebras
a veces
te llega esa necesidad antigua,
milenaria,
de ser pájaro, de desear sus alas;
a veces
se hamaca en tu cuerpo;
te sentís equipaje de paisajes no vividos
estallan imágenes
necesarias para las lágrimas

la granada se abrirá de pronto
te llegará una voz anónima
del que habita en vos
y en gajos serás partida

espejo de tus retratos interiores
desandará el camino



  
Homenaje al hijo

noches infinitas sembraron una pasionaria

en los flancos de  mis montañas.
óvulo de antigua ternura

florecido en el grito fecundo  
de un ave nocturna y desvelada


y  aunque el frío del miedo
recorriera la tierra,
regaré tu nombre
            tu nombre de hijo nacido por rito sagrado                              

tras la vana apariencia humana
se yergue el sueño divino

entre todas mis contradicciones
en mi vientre germinado
yo te seguiré amando en las semillas
en la tierra y en el agua









domingo, 19 de agosto de 2018




A la AMIA
Sin fundamento estalló el infierno

conmoviendo a la estrella

que se astilló en mil cielos
llaga viva intolerante

derrumbando asombros 

enmudeció la sangre
padre 

la fiesta era pronto...

el beso repitió en el beso 
el amor sepultado
el invierno en todos
se tensó alelado

madre

se me desgrana el pecho...

la mano emuló a la mano 
solidaria
y en andrajos una gran lágrima
humedeció al escombro

eleva a voz alta la noche de la marcha

estoy de pie a la espera de la vida

aunque ruede el corazón cayendo al suelo
que en la grave soledad nadie está solo

y en el íntimo dolor no existe el miedo.

                                          ÁNGEL AZARMENDIA


jueves, 16 de agosto de 2018

Como un capullo - Ada Inés Lerner





Como un capullo 
Destilería - Juan Brambiya




Pasión, he pulido la piedra sagrada
el furtivo y callado planeta del amor
resguardo el vestigio en mi poema
cubro de mi placer la huella

Y después…
en todo mi cielo la vía he ocultado
en el desierto de mi sabana furtiva
con mis lágrimas de amor saturada,
con el espíritu sangrante fui capullo
y como una niña concedí mi flor

Y después
para volar cada noche de pasión
armé un juego para volar de a dos
yo soy mujer, pez o sirena

he derramado un capullo color sangre
con mi llanto blanco
con un sol sagrado lo iluminé
para que sepan cuánto he amado

Y después…
para iluminar siempre el camino
que humanos y dioses han creado
para que me sea dado florecer
me regocijo en todos los abrazos.



Publicado en Poemia - El fuego de Heliconia: 

viernes, 10 de agosto de 2018

En mi voz -- ¿Para que estoy viva?

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  ¿Para qué estoy viva?

                                              

Ay! sin ternura, sin pasión  ¿para qué estoy viva?
la devastación me envolvió sofocándome de vértigo
metáfora del horror inigualable de la guerra
desde el horizonte fijaba la mirada y
“nunca más” gritaba un cuervo emigrante
que llegó mientras reposaba entre la hierba

Soy una Madre en llamas, inocente e indefensa
soy la dolorida sorpresa de las hembras,
sólo melancolía en nuestra piel devastada
inerte, silenciosa, deshonrada de sí misma,
con precio la serpiente del paraíso, está muerta.

En la danza del bárbaro la vida aniquilada,              
en la batalla del hombre alienado, igual de lejana
su armadura resentida en nuestro horizonte.
 Pesadilla de un hombre sordo que arrasa
desde lejos la caótica avanzada de despojo

¿es Aquel  quien nos mira, ausente, mientras pesa su oro?

Ay Señor, serás testigo vivo del horror cercano
verás un imperio de osamentas y niños heridos de dolor
¿Quién cosechará la miel? ¿un oso en la mañana?
¿un tribunal reprobará nuestro dolor de hoy?
Impaciente el guerrero dice buscar la paz y la justicia
en la injusticia y la masacre, ¿el ave salvaje abrirá la flor?

dolorida sorpresa de la hembra ¿a quién le importa?  
entre sueños al alba, Eva agraviada (pluma, piel o escama)
el quinqué ilumina la agonía, al final no le importa
si anhelante estalla la barbarie, fantasma ebrio de la sinrazón

                              Ay! A la cruenta destrucción sucede el sol …   

viernes, 27 de julio de 2018

Poema de Dora Gonzalez --




La imagen puede contener: 10 personas, incluidos Alicia Solda Mazzini, Dora Gonzalez y Carlos Norberto Carbone, personas sonriendo, personas de pie



                                                        "Todos esos pasos que da el hombre usándose para su muerte"-
                                                                                         Álvaro Mutis
Un compendio de ritos vacíos
le sostiene el bolso
y ella va
por el filo de la calle.
Tan torva como baja
sucede entre la gente
en una tarde ciega
que le aúlla
sobre la curva
infinita
de algo parecido a su espalda.
Señora mínima
ella va
y con ella
los acordes
de un réquiem para su vida.
                                       Dora González
 Poema de: 

martes, 24 de julio de 2018

Suplemento de poesía 2017 Revista Archivos del Sur: Ada Inés Lerner


Suplemento de poesía 2017 Revista Archivos del Sur

Suplemento de poesía  Revista Archivos del Sur: Ada Inés Lerner:




                                                                          



                                             Rehén            


esta piel tan ligera que me encierra
(abrigo escaso de impudor y despojo)
este  fracaso de suertes tan diversas
en silencio fatigan las palabras,
 
así suelo toparme con un río vencido
pobre espíritu anclado en su cauce
doliente recorte de años lejanos,
señales,
larvas de sangre en la tormenta inútil
como fósiles,

mis palabras nocturnas se desvelan
rehenes altivos y sensuales
que sólo sobreviven dentro de mí piel


Poeta invitada Thelma Nava - Tomada de Isla Negra


Thelma Nava


México -1931Tlatelolco 68

                                                                                   I
Es preciso decirlo todo,
porque la lluvia pertinaz y el tiempo de los niños
sobre los verdes prados nuevamente
podrían lograr que alguien olvide.
Nosotros no.
Los padres de los otros tampoco y los hijos y
los hermanos
que pueden contarnos las historias
y reconstruyan los nombres y vidas de sus muertos tampoco.
                                                                                    II
Tlatelolco es una pequeña ciudad aterrada
que busca el nombre de sus muertos.
Los sobrevivientes no terminan de iniciar el éxodo.
Pequeña ciudad fantasma, húmeda y triste
a punto de derrumbarse si alguien se atreviera
a tocarla nuevamente.
Nada perdonaremos.
Rechazamos todo intento de justificación.
                                                                                    III
Miro pasar las ambulancias silenciosas una tras
otra
mientras aquí en el auto
un anciano que sangra y no comprende nada
está en mis manos.
                                                                                    IV
Que no se olvide nada.
aunque pinten de nuevo los muros
y laven una y otra vez las piedras
y sean arrasados los prados incendiados con pólvora
para borrar, definitivamente
cualquier huella.
                                                                                   V
Ellos ignoran que los muertos crecen,
que han echado raíces sobre las ruinas
aunque los hayan desaparecido
(para que nadie verifique cifras).
Todo ha sido invadido por la sangre.
Aún vuelan partículas por el aire que recuerda.
Es de esperarse nuevamente su visita.
Los asesinos siempre regresan al lugar del crimen.
figura maya


Gracias:
el abrazo, en poesía
Gabriel Impaglione Revista de poesìa Isla Negra desde Sardegna, Italia.

jueves, 19 de julio de 2018

Hoy: Dos poetas para todos los lectores


Puesta de sol.jpg
















                                  Entre líneas de la noche
                                                     Jorge Oscar Bach

La rosa se marchitó durante la noche
y, cuando la mañana diluya las sombras,
dirás que las horas fueron impiadosas.
No lo hagas, es la naturaleza de la especie.
En algún momento, el pétalo, como la angre,
se seca y da paso al tiempo impensado; entonces
la fragancia de la rosa se hace más intensa
para engañar, como el amanecer, a la razón.
Por eso elijo la penumbra: en la beatitud
de la esencia, todo existe; nada se pierde
cuando se rasga el velo de la apariencia. 



  Tulips.jpg               
                               Toma la copa, hermano.
                                                                 Susana Cattaneo   

Sé que hay un mundo de sombras que nos sigue de cerca;
arenas cansadas y cielos quebrados que temen la muerte.
Hay un gemido de gaviotas
que se adorna de ortigas y abarca los mares.
También lámparas y campanas sordas.
Ojos apagados de tanto mirar lejanías y tal vez,
una cruz horadando esperanzas.
Toma la copa.
Se escucha un extraño sonido de árboles
que crecen en la mitad del mundo.
Vibra el llanto de alguien
que perdió el calor de las palabras.
Creo que juntos es posible recorrer el sueño de las hadas
y que de la mano podemos caminar
sin miedo por toda esta tristeza,
Aún podemos, hermano.
Bebe: la copa tiene vino, miel y luz.
Tómala porque a pesar de todo
en algún lugar, sigue naciendo la vida.


domingo, 15 de julio de 2018

Misandria --- En mi voz


Misandria

      fem. dícese del fastidio que  provoca en algunas mujeres
    cierto animal bípedo implume del género masculino
de la raza humana. ú.t.c.s.

     Desde tiempos inmemoriales hemos desandado penosos pasillos de bibliotecas cómplices, consultando tratados de conspicuos contenidos.
            ¿Por qué? podrían preguntarnos. Creemos que la mejor respuesta es que hemos decidido reconstruir, desde la literatura y con justicia, el idioma que amamos. Es este un plan tan extravagante y asombroso que vamos a necesitar de la contribución de cada escritora/or que desee aportar a posteriores ediciones y a otras ya desaparecidas.
            Quizás el vocablo que hemos elegido sea culpable de adjetivar  en exceso. Puede ser. Creemos que si hoy nos ocupa y preocupa es porque sugiere dos términos pertinentes a nuestra situación: en primer lugar cita a la familia de una trémula y afinada pajarilla entrerriana (........andria) y en segundo lugar a una melodía religiosa del África virgen (misa..........).
            Nada en su sonoridad pre-anuncia y de-nuncia la enorme crueldad que se ejerce sobre uno de los géneros más generosos de la raza humana. Es notorio analizar que este vocablo se puede utilizar como sustantivo ya que es un hecho que puede (debidamente) dar sustancia al sujeto.
            En la literatura subsistente, dominada por siglos de oscurantismo machista, el término “misandria” ha sido injustamente sepultado por la preocupación ilusoria de la pertinente Academia por incluir conceptos, a toda vista nubes de humo, con el pretérito concepto de sustentar la desaparición indefinida de nuestra identidad femenina.
            Una de las escuelas lingüistas que más ha investigado la conveniencia de incluir la voz misandria en el uso diario de la lengua, ha sido la liderada por la abajo firmante.      Si alguna/o de nuestras/os lectoras/es se siente inclinada/o a continuar en esta huella, le sugerimos integrarla a su objeto poético, a fin de abonar a un proceso y no ser copartícipe voluntario (ahora que ya lo sabe) de un pasado irrecuperable.
         Para quien se sienta escandalizada/o le recordamos que ya “Segismundo Froid“ hablaba de la envidia del clítoris que desvela al macho de la especie.  Deseamos contribuir a fundamentar este postulado científico (con el único fin de apostar al esclarecimiento del tema), que la envidia la genera (en el mismo espécimen) la posibilidad de la maternidad sólo por el género femenino, y que dicho ejemplar está demasiado atento a “ocuparse en destruir aquello que no se siente capaz de construir”.
            El primer y único proyecto en este sentido que nos ha llegado a través de la filosofía  fue propuesto por Platón,  sabio ermitaño, analfabeto y funcional, que en su dialéctico colérico lo definió ajustándose a su perspectiva, a fin de influir en la realidad, cuando se calificó a sí mismo como un  “animal bípedo implume”.  
            Hasta aquí una síntesis de nuestra postura, sustentada en principio, en una  traducción apócrifa del Journal Femenil de La Banda Roja.
                                                                                               

domingo, 24 de junio de 2018

Poeta invitado - DG

Resultado de imagen para casas de campo
tomado de Imagenes





Cuando la noche enciende 
su pincel de ceniza 
a esta casa le brotan 
unos ojos estremecidos en tiempo.

Unos ojos que buscan 
sobre la máscara desnuda
de las puertas
algún cimiento de gloria.

Que extrañan
en el párpado
tan desvalido del jardín
las voces húmedas
que migraron
hacia una frontera vestida de
penumbra
sin fuego
sin canto
ni mañana.

En los ojos de esta casa
la noche brota
un ángel feroz que la desvela
en el lagrimal del escombro
de todas las fresias.
                                             DG

sábado, 16 de junio de 2018

Poeta invitada:Inés Legarreta

Hubiese tenido que brindar
en vasos de vidrio no en copas de cristal.

Al romperse
la amistad de cristal
cuántos estalactitas brillantes se esparcieron por el suelo
dando todavía señales de belleza
y esplendor

pero ni el más dedicado artista japonés
es capaz de pegar y componer
las invisibles nervaduras expandidas
de lo quebrado
con oro

pero si hubiesen chocado en el aire
dos vasos de vidrio grueso
al caer
quizás
aun estarían rodando
ruidosas
para llamarnos la atención.

viernes, 1 de junio de 2018

En mi voz - Lucha interior

Resultado de imagen para vida y muerte
tomado de Google

                                                            



              Lucha interior - 



Mujer, miro mis entrañas de ternura
en un banquete de antiguos dioses,
con los dientes apretados agonizo
en la liturgia de la piedra

miro el desafío, un espejismo
desalentado por el sueño del desierto,
(por impavidez de ese tiempo en un gesto)
desde esa misma entraña de ternura
no volverá a arañar mi ombligo

yo pelearé contra el olvido
apretaré la boca como rosa en un capullo
en el aire azul de la memoria
y en el abismo que censura tanta vida,

desplegaré en la orilla desdentada
una sonrisa de hielo perdida ya
en la batalla de una guerra

que no termina con la vida…

sábado, 5 de mayo de 2018

TABAQUERÍA --Fernando Pessoa

TABAQUERÍA --Fernando Pessoa
No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.
Ventanas de mi cuarto,
cuarto de uno de los millones en el mundo que nadie sabe quién son
(y si lo supiesen, ¿qué sabrían?)
Ventanas que dan al misterio de una calle cruzada constantemente por la gente,
calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, cierta, desconocidamente cierta,
con el misterio de las cosas bajo las piedras y los seres,
con el de la muerte que traza manchas húmedas en las paredes,
con el del destino que conduce al carro de todo por la calle de nada.
Hoy estoy convencido como si supiese la verdad,
lúcido como su estuviese por morir
y no tuviese más hermandad con las cosas que la de una despedida,
y la hilera de trenes de un convoy desfila frente a mí
y hay un largo silbido
dentro de mi cráneo
y hay una sacudida en mis nervios y crujen mis huesos en la arrancada.
Hoy estoy perplejo, como quien pensó y encontró y olvidó,
hoy estoy dividido entre la lealtad que debo
a la Tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.
Fallé en todo.
Como no tuve propósito alguno tal vez todo fue nada.
Lo que me enseñaron
lo eché por la ventana del traspatio.
Ayer fui al campo con grandes propósitos.
encontré sólo hierbas y árboles
y la gente que había era igual a la otra.
Dejo la ventana y me siento en una silla. ¿En qué he de pensar?
¿Qué puedo saber de lo que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? ¡Pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser esas mismas cosas que no podemos ser tantos!
¿Genio? En este momento
cien mil cerebros se creen en sueños genios como yo
y la historia no recordará, ¿quién sabe?, ni uno,
y sólo habrá un muladar para tantas futuras conquistas.
No, no creo en mí.
¡En tantos manicomios hay tantos locos con tantas certezas!
Yo, que no tengo ninguna ¿puedo estar en lo cierto?
No, en mí no creo.
¿En cuántas buhardillas y no-buhardillas del mundo
genios-para-sí-mismos a esta hora están soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, de veras altas y nobles y lúcidas-
quizá realizables,
no verán nunca la luz del sol real ni llegarán a oídos de la gente?
El mundo es para los que nacieron para conquistarlo
no para los que sueñan que pueden conquistarlo, aunque tengan razón.
He soñado más que todas las hazañas de Napoleón.
He abrazado en mi pecho hipotético más humanidades que Cristo,
he pensado en secreto más filosofías que las escritas por ningún Kant.
Pero soy y seré siempre el de la buhardilla,
aunque no viva en ella.
Seré siempre el que no nació para eso.
Seré siempre sólo el que tenía algunas cualidades,
seré siempre el que aguardó que le abrieran la puerta frente a un muro que no tenía puerta,
el que cantó el cántico del Infinito en un gallinero,
el que oyó la voz de Dios en un pozo cegado.
¿Creer en mí? Ni en mí ni en nada.
Derrame la naturaleza su sol y su lluvia
sobre mi ardiente cabeza y que su viento me despeine
y después que venga lo que viniere o tiene que venir o no ha de venir.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos al mundo antes de levantarnos de la cama;
nos despertamos y se vuelve opaco;
salimos a la calle y se vuelve ajeno,
es la tierra y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.
(Come chocolates, muchacha,
¡Come chocolates!
Mira que no hay metafísica en el mundo como los chocolates,
mira que todas las religiones enseñan menos que la confitería.
¡Come, sucia muchacha, come!
¡Si yo pudiese comer chocolates con la misma verdad con que tú los comes!
Pero yo pienso y al arrancar el papel de plata, que es de estaño,
echo por tierra todo, mi vida misma.)
Queda al menos la amargura de lo que nunca seré,
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico que mira hacia lo imposible.
Al menos me otorgo a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble al menos por el gesto amplio con que arrojo,
sin prenda, la ropa sucia que soy al tumulto del mundo
y me quedo en casa sin camisa.
(Tú que consuelas y no existes, y por eso consuelas,
Diosa griega, estatua engendrada viva,
patricia romana, imposible y nefasta,
princesa de los trovadores, escotada marquesa del dieciocho,
cocotte célebre del tiempo de nuestros abuelos,
o no sé cual moderna -no acierto bien la cual-
sea lo que seas y la que seas, ¡si puedes inspirar, inspírame!
Mi corazón es un balde vacío.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus me invoco,
me invoco a mí mismo y nada aparece.
Me acerco a la ventana y veo la calle con una nitidez absoluta.
Veo las tiendas, la acera, veo los coches que pasan,
veo los entes vivos vestidos que pasan,
veo los perros que también existen,
y todo esto me parece una condena a la degradación
y todo esto, como todo, me es ajeno.)
Viví, estudié, amé y hasta tuve fe.
Hoy no hay mendigo al que no envidie sólo por ser él y no yo.
En cada uno veo el andrajo, la llaga y la mentira.
y pienso: tal vez nunca viviste, ni estudiaste, ni amaste, ni creíste
(Porque es posible dar realidad a todo esto sin hacer nada de todo esto.)
Tal vez has existido apenas como la lagartija a la que cortan el rabo
Y el rabo salta, separado del cuerpo.
Hice conmigo lo que no sabía hacer.
Y no hice lo que podía.
El disfraz que me puse no era el mío.
Creyeron que yo era el que no era, no los desmentí y me perdí.
Cuando quise arrancarme la máscara,
la tenía pegada a la cara.
Cuando la arranqué y me vi en el espejo,
estaba desfigurado.
Estaba borracho, no podía entrar en mi disfraz.
Lo acosté y me quedé afuera,
Dormí en el guardarropa
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo.
Voy a escribir este cuento para probar que soy sublime.
Esencia musical de mis versos inútiles,
quién pudiera encontrarte como cosa que yo hice
y no encontrarme siempre enfrente de la Tabaquería de enfrente:
Pisan los pies la conciencia de estar existiendo
como un tapete en el que tropieza un borracho
o la esterilla que se roban los gitanos y que no vale nada.
El Dueño de la Tabaquería aparece en la puerta y se instala contra la puerta.
Con la incomodidad del que tiene el cuello torcido,
con la incomodidad de un alma torcida, lo veo.
El morirá y yo moriré.
El dejará su rótulo y yo dejaré mis versos.
En un momento dado morirá el rótulo y morirán mis versos.
Después, en otro momento, morirán la calle donde estaba pintado el rótulo
y el idioma en que fueron escritos los versos.
Después morirá el planeta gigante donde pasó todo esto.
En otros planetas de otros sistemas algo parecido a la gente
continuará haciendo cosas parecidas a versos,
parecidas a vivir bajo un rótulo de tienda,
siempre una cosa frente a otra cosa,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan cierto como el misterio de la superficie,
siempre ésta o aquella cosa o ni una cosa ni la otra.
Un hombre entra a la Tabaquería (¿para comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente sobre mí.
Me enderezo a medias, enérgico, convencido, humano,
y se me ocurren estos versos en que diré lo contrario.
Enciendo un cigarro al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarro la libertad de todos los pensamientos.
Fumo y sigo al humo con mi estela,
y gozo, en un momento sensible y alerta,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es el resultado de una indisposición.
y después de esto me reclino en mi silla
y continúo fumando.
Seguiré fumando hasta que el destino lo quiera.
(Si me casase con la hija de la lavandera
quizá sería feliz).
Visto esto, me levanto. Me acerco a la ventana.
El hombre sale de la Tabaquería (¿guarda el cambio en la bolsa del pantalón?),
ah, lo conozco, es Estevez, que ignora la metafísica.
(El Dueño de la Tabaquería aparece en la puerta).
Movido por un instinto adivinatorio, Estevez se vuelve y me reconoce;
me saluda con la mano y yo le grito ¡Adiós, Estevez! y el universo
se reconstruye en mí sin ideal ni esperanza
y el Dueño de la tabaquería sonríe.